El río Irati nace de la confluencia de los ríos Urtxuria y Urbeltza en la Selva de Irati, para embalsar poco después en Irabia, un remanso de agua en el corazón del bosque. Tras atravesar Aezkoa y Oroz Betelu ofreciendo estampas de gran belleza, las aguas del Irati se vuelven a embalsar en el pantano de Itoiz, ya recibidos los aportes del Urrobi y Erro. Después le afluyen el Areta y el Salazar para entrar enseguida en la impresionante garganta de la Foz de Lumbier. Finalmente, tras 88 km, su recorrido termina en el Aragón. Junto con el Arga son los ríos de cabecera más caudalosos de Navarra. La riqueza y buena conservación de sus aguas, junto con la vegetación de su ribera y su población piscícola hacen que este río tenga numeroso cotos de pesca de muerte y sin muerte, así como que esté declarado por normativa europea como L.I.C. (Lugar de Interés Comunitario).
Es, probablemente, el río más usado para aprovechamiento hidroeléctrico, especialmente a partir de la inauguración de la empresa Irati S.A.(1911), que tomó su nombre para bautizar también el tren eléctrico que unía Pamplona con Sangüesa. En esa época se construyó el embalse de Irabia, recrecido en más de cinco ocasiones con el objetivo de garantizar el caudal para el viaje de la madera hacia el aserradero de Ekai.
A lo largo del curso del Irati todavía se puede encontrar gran abundancia de tubos, saltos, tuberías, canales y centrales que hablan de la calidad de estas construcciones.